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Meritxell Margarit

[ANNA] 365 dias 365 vidas

Updated: Nov 5, 2023

Anna, llegó a mi despacho con una mirada dura y triste. Con signos de estar viviendo su peor pesadilla.

Elegante, prudente, y juiciosa en el futuro de nuestros encuentros.

Tardamos un tiempo en entablar una conversación. En ese momento creí que lo necesitaba y aunque sus ojos me esquivaban, su cuerpo me suplicaba ayuda.


Anna perdió a su marido, amigo, compañero y padre de sus hijos. Su alma gemela. En poco ya serían los cuatro años. Y su dolor seguía visible. Había hecho del sufrimiento su aliado.


Rompí el silencio -¿Que te gustaría que sucedieran en estas sesiones?


Se quedó sorprendida por mi pregunta. Hasta ahora sólo quería huir de la situación. Se sentía una víctima que se arrastraba con la carga de navegar a contra-viento con sus dos hijos. Dos adolescentes, que vivían su tristeza como podían y sabían.

Me di cuenta que nadie nos enseña a perder a nuestros seres queridos.


Observaba a Anna y su cuerpo corpulento me hablaba de la contención, del control emocional a que estaba sometida. De su instinto protector, del sacrificio y esfuerzo. Sentí su deseo de arrancar el llanto, de abandonarse en mi comprensión, pero llorar no era una opción. Respiró hondo, irguió su postura, y me miró con ojos fríos y tristes.


No era difícil adivinar su elemento. Una tierra dura, tosca e impenetrable. Le faltaba porosidad. Intuí una mujer sensible y vulnerable.


“Creo que lo estoy haciendo fatal con mis hijos. Me siento frustrada. Desde que mi marido nos dejó he intentado suplir su ausencia. Mis hijos tienen todo lo que necesitan, pero soy incapaz de controlar su conducta. Mi marido es lo que habría querido. Mi hija estalla en ataques de histeria, y mi hijo va perdido, y sin rumbo. ¡No sé qué más puedo hacer!. ¡Estoy tan cansada!”


De nuevo la tierra volvió a aparecer, pero ahora acompañada del metal.

Control, autocrítica, exigencia, búsqueda del perfeccionismo, lealtad al sistema familiar. El no fallar, el “Yo puedo y debo poder”. Sentimiento de culpabilidad.


Anna necesitaba a gritos crear esponjosidad en su cuerpo, aprender a cuestionar el valor del rigor, de la responsabilidad. Necesitaba aprender a escucharse, permitir sentirse. El cambiar el “yo puedo” por el “Y yo que quiero?” Aprender a dar el espacio a otros, para encontrar el suyo.


Meritxell Margarit

BaZiLifeCoach

meritxellmargarit.com



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